martes, 23 de junio de 2009

Un nuevo equipo para medir dosis de rayos X


Muchos de los avances de la medicina de los últimos años -como cirugías del cerebro increíblemente precisas o la radioterapia "conformada", que "hace foco" en los tumores evitando los tejidos sanos circundantes, o la colocación de stents en cardiología- son posibles gracias a la prodigiosa posibilidad de ver cada vez mejor a través del cuerpo que ofrecen las nuevas técnicas de imágenes médicas.

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Todo esto puede hacerse, en gran parte, gracias a los rayos X. Pero aunque los beneficios de esta forma de radiación electromagnética descubierta por Röntgen son, a estas alturas, incalculables, también es sabido que su potencia debe manejarse con sumo cuidado porque puede dañar al paciente o incluso al propio médico y al personal de apoyo: es indispensable calibrar bien los equipos para evitar la irradiación excesiva, pero también la que no alcanza niveles mínimos de efectividad.

"Las técnicas se han ido complicando -explica la doctora Susana Blanco, investigadora del Conicet y profesora de la Universidad de Belgrano (UB) y de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, que coordina un proyecto piloto de investigación del Organismo Internacional de Energía Atómica en América latina para determinar las dosis de referencia en las nuevas prácticas médicas-. Ahora se combina la medicina nuclear con la tomografía, o en ocasiones se realizan movimientos del cabezal que pueden someter al paciente a irradiación oblicua, que atraviesa una porción mayor del organismo... Entonces, es necesario medir la radiación con precisión."

Para hacer posibles estas investigaciones, que acompañan varios centros del país, la UB trajo al país un laboratorio móvil de dosimetría de más de 60.000 dólares de costo que adicionalmente podrá ser requerido por centros de diagnóstico de todo el país para hacer control de sus propios equipos.

"Este equipo sirve para medir las dosis que se entregan en cada práctica, de modo que además se pueden establecer patrones de seguridad respecto de los protocolos que se utilizan para adquirir esas imágenes", agrega Blanco.

Según explica la especialista, aunque todavía no existe legislación específica, ya que sólo se exige una habilitación inicial, pero no el control periódico, esta preocupación por calibrar bien los aparatos de imágenes es una inquietud y una orientación de los organismos regulatorios internacionales.

La medición se realiza simulando el tamaño de un paciente ideal con placas de acrílico absorbentes. "Se llaman «fantomas» o maniquíes y de ese modo puede medir la dosis que hipotéticamente recibiría el cuerpo humano en la misma situación", subraya Blanco.

Según la especialista, aunque existen dosis de referencia en Europa y en los Estados Unidos, es importante fijar estándares locales porque en nuestro medio la utilización de los aparatos es generalmente más "distendida".

"No hay una renovación de equipos tan rápida como en los países desarrollados, donde después de usarlos cinco años se los cambia y listo -dice-. En muchas oportunidades recibimos equipos usados..."

Y luego concluye: "Desde hace dos años este proyecto regional está brindando apoyo, capacitación y equipamiento para los centros y queremos seguir haciéndolo por lo menos durante dos años más".

Nora Bär

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