martes, 23 de junio de 2009

El éxito de los biocombustibles llegará con la segunda generación

En un mundo donde la energía es escasa los biocombustibles surgieron como una nueva opción para abastecer una demanda en crecimiento, al menos hasta antes de la crisis que sacudió a los mercados financieros internacionales, y se posicionaron como una mejor alternativa para el medioambiente frente a los contaminantes combustibles fósiles. Fue así que las naciones más desarrolladas adoptaron jugosas subvenciones para incentivar la producción de la energía verde. Sin embargo, en la mayoría de los proyectos en marcha todavía los números no cierran y la energía producida sobrepasa sólo en un mínimo porcentaje la energía necesaria para producir el biocombustible y, además, el impacto ecológico que se pretende reducir no es tan amplio como se estima.

Seguir Leyendo...



Durante su paso por Rosario para participar del VII Simposio Nacional de Biotecnología Redbio 2009 el especialista en el área Francisco García Olmedo, de la Universidad Política de Madrid, disertó sobre "Cultivo y cambio climático global" y desmitificó algunas teorías sobre los biocombustibles y advirtió que los resultados positivos llegarán con los biocombustibles de segunda generación, cuando se produzca celulosa a partir de la paja de trigo o el tallo del maíz. "Mientras usemos soja o colza competimos con la fuente de alimentos y el biocombustible es caro, no es competitivo", apuntó al tiempo que destacó que "la palma da un muy buen rendimiento pero como es plantada sustituyendo bosques tropicales no se resuelve el problema sino que se agrava".

—¿Se realizó un análisis equivocado al emprender el camino de los biocombustibles?

—Hay que estar preparados para cometer errores, como cuando un niño comienza a andar en bicicleta que se caerá porque no sabe pedalear. Hay análisis posteriores. Gran parte de la investigación es construyendo la fábrica, viendo cuales son los problemas y viendo eso seguir con otra fábrica y que esos problemas estén limados. En muchos casos ha ocurrido que ese análisis no se ha hecho, porque solo se hicieron cálculos económicos por parte de gobiernos y de los propios industriales. Si hay subvenciones de un gobierno y eso asegura una ganancia para competir con la energía fósil como ocurre en Estados Unidos (las subvenciones rondan los 385 millones de dólares) se construye y se aprende y para 2012 se espera que el biocombustible sea competitivo con la gasolina para reducir un 20 por ciento su consumo. Si la subvención no es suficiente como ocurre en Europa se sobreestimula y eso no es sostenible, son acciones que se toman sin saber si hay agua en la pileta.

—¿Dónde radica el interés por producir biocombustibles?

—En cierto plano podría significar liberarse de ciertas dependencias. Hay una parte atractiva de los biocombustibles que es la autosuficiencia, que genere empleo y se fabrique en el propio país, contribuir a la balanza de pagos. En este tipo de energías dependes menos que si te dedicás a la energía nuclear donde dependes de los suministradores de uranio y de los ingenieros de planta, porque no lo hace cualquiera. El atractivo inicial es que en cualquier cooperativa se puede montar, se puede hacer a pequeña escala, pero el problema es que no es competitivo con otras alternativas, menos cuando no está montado en un sitio óptimo. Producir mucha soja o poca soja requiere los mismos insumos. Si cultivo en un lugar donde hay poca agua, gasto lo mismo. Si hago el análisis de ciclo completo, de cual es la energía frente a lo invertido tal vez me salga favorable y tal vez no. El problema de estos cálculos es que depende del lugar en dónde se haga, por las condiciones del ambiente. Tiene muchos atractivos pero en algunos sitios el viento sopla a favor y en otros no.

—¿Cuándo llegarán los resultados óptimos?

—La esperanza está en la segunda generación, en el momento que podamos hacer eficientemente y fácilmente alcohol de madera, utilizando estratos de celulosa, paja de trigo, de maíz, de lo que sea. Esto tiene el potencial de dar 10 veces más de energía de la que se gasta. El problema es cuando el margen es del 30 por ciento se diluye justamente el margen, incluso puede ocurrir un buen año y un mal año. Es un juego estadístico.

—Esta energía verde ¿cuándo favorecer al medio ambiente?

—No es tan obvio como algunos lo quieren hacer parecer. De todas formas, una cosa es el medio ambiente y otra el calentamiento global. Un sistema puede ser extraordinariamente eficiente para la reducción de emisiones como ocurre con la caña de azúcar en Brasil pero para el medio ambiente es peor que la gasolina. La mayor cantidad de las operaciones actuales son más desfavorables desde el punto de vista de contaminación que los fósiles, aunque en cuanto a emisiones hay una reducción importante y la caña sale campeona. Los biocombustibles son una forma costosa de reducir emisiones.

1 comentario:

  1. Hola cómo te va.
    Yo también tengo un sitio web llamado Foro Energías.
    Te invito a que nos visites en www.foroenergias.blogspot.com

    ResponderEliminar