domingo, 23 de agosto de 2009

La revolución verde va por otro capítulo


Argentina tiene que producir más alimentos, y de una forma sustentable para el medio ambiente. Ese fue uno de los mensajes centrales del XVII Congreso de la Asociación Argentina de Siembra Directa (Aapresid), y quedó plasmado en el discurso de la apertura oficial, pronunciado por el presidente de la entidad, Gastón Fernández Palma, cuando resaltó "que el país no puede dejar pasar la nueva revolución verde y debe entrar en la era del ecopogreso".

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De la mano de la Agricultura Certificada, la nueva meta institucional que toma la posta al desafío inicial de los fundadores de la entidad, cuando hace 20 años salieron a cabalgar por la implementación de la siembra directa, Aapresid vuelve ahora a la carga para profundizar la sustentabilidad de la agricultura.

"Este año la apuesta a la ecología y el progreso no son casuales, ni antagonistas: son nuestros pilares fundamentales. Ni siquiera como términos en tensión. Sino como integrantes de un nuevo consenso entre empresas, sociedad e instituciones", señaló Fernández Palma.

Y uno de los desafíos que puso sobre la mesa para el agro fue la de producir más alimentos con menos agua. Es por eso que uno de los ejes centrales del congreso es apuntalar investigaciones y debates sobre cómo administrarla mejor.

"No podemos hacerlo de la misma manera que lo venimos haciendo, porque ya no parece que queden muchas más reservas", dijo, y mencionó el caso de innovación en el Africa subsahariana, donde se están ensayando cultivos de maíz tolerantes a la sequía para que la agricultura no siga consumido la mayor parte del agua disponible.

"Es una acción combinada de gobiernos y empresas líderes, que han renunciado incluso a sus derechos de patentamiento", contó como un ejemplo a seguir.

"Es fundamental la importancia del recurso agua, ya que si bien las guerras que acontecieron en el mundo en los últimos años tuvieron como detonante al petróleo por ser el principal bien energético contemporáneo, es lógico pensar que las hipótesis de los próximos conflictos bélicos serán por el acceso al agua potable, a los recursos energéticos eficientes y a grandes espacios de tierra fértil, en este último caso debido a creciente degradación de los suelos", sostuvo González Palma.

El 37% de la población mundial (2.500 millones de personas) no tiene acceso a la provisión de agua potable de calidad y todo eso genera enfermedades y la muerte de muchos niños.

"El 80% del agua se utiliza para la agricultura y es por eso que debemos producir más alimento con menos agua", dijo.



Otro aspecto de esta problemática del agua es en términos climáticos. Y si bien Fernández Palma admitió que el mundo no está preparado para cambios que se suscitan cada vez más rápido, resaltó que se pueden realizar muchas acciones eficientes para ser menos vulnerables a esos cambios.

"Pero la peor crisis con el agua dulce es nuestra incapacidad de satisfacer la necesidad básica de muchas personas", manifestó el titular de la entidad anfitriona de este evento, un clásico.

Vinculado a ese tema, el presidente de Aapresid sostuvo que el petróleo, el principal recurso energético mundial, ya redujo sus reservas a la mitad y que tendrá elevados costos de extracción sobre sus reservas remanentes. "En paralelo, incrementamos las reservas de gases de efecto invernadero, generando así una situación muy inestable en materia de aprovisionamiento futuro de energía y calentamiento global del mundo. Es por eso Argentina tiene que concentrarse en encontrar fuentes alternativas de energía generadoras de productos económicamente competitivos al partir del desarrollo de tecnología de avanzada amigable con el medio ambiente", consideró.

Fue en ese marco que Fernández Palma destacó que para la Argentina estos cambios representan una enorme oportunidad para encarar un proyecto de desarrollo agroindustrial de magnitud que lo posicione de manera trascendente en los mercados internacionales. "La producción agrícola deberá ajustar sus prácticas y así se verá la importancia de la Agricultura Certificada, que va a mejorar la calidad ambiental y es una excelente herramienta para una gestión agronómica profesional, a través del registro ordenado de información y el análisis de indicadores de calidad edáfica y de eficiencia".

Según el dirigente, sin duda la siembra directa es la base de una agricultura conservacionista y la Agricultura Certificada es el nuevo instrumento. "Es económicamente rentable para las empresas, ambientalmente sustentable, socialmente aceptada y energéticamente eficiente", insistió.

El acto de inauguración, al que asistieron el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, y el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, se convirtió también en una tribuna de reclamos por cambios en las políticas agropecuarias del Gobierno.

"No se entiende que el Gobierno se de el lujo de prescindir del sector más dinámico de su economía. A los sectores estratégicos no se los combate, sino se los fortalece", expresó el presidente de Aapresid.

Otro actor importante, pegado al acto oficial de apertura, fue el rabino Sergio Berman, quien fue el estandarte que concentró el reclamo de cambios urgentes que dejen atrás el quiebre entre el campo y el Gobierno y abran una etapa de diálogo y consenso.

"Hay que sembrar instituciones para cosechar la República", dijo. Y luego de criticar con dureza la falta de institucionalidad del Gobierno, la concentración del poder que ejerce y la poca predisposición al diálogo, llamó a los productores a "dejar de estar pensando sólo en sus cuestiones privadas y comprometerse con el espacio público".

Además, les dijo que deben "ser líderes en la reconstrucción de la institucionalidad", pero recomendó "menos corte de rutas y toma de calles y más participación constructiva".

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