jueves, 23 de julio de 2009

Esta roca chupa y digiere el CO²


Suena demasiado bien como para creérselo, pero los científicos aseguran que no hay truco: la peridotita absorbe el principal gas de efecto invernadero y lo convierte en minerales sólidos
La peridotita, un tipo de roca muy fácil de encontrar en Omán, podría utilizarse de forma masiva para retirar dióxido de carbono de la amtósfera terrestre, frenando de esa forma el efecto de este gas invernadero.

Seguir Leyendo...



Así lo creen los científicos que han descubierto que, al entrar en contacto con la roca, el CO² se convierte en varios minerales sólidos, como la calcita. El estudio en el que los detallan aparecerá el próximo martes en Proceedings of the Natural Academy of Sciences.

El geólogo Peter Kelemen y el geoquímico Juerg Matter afirman que el proceso natural podría ser acelerado hasta un millón de veces, de manera que la peridotita sea capaz de almacenar hasta 2.000 millones de toneladas de CO² de las 30.000 que cada año emitimos a la atmósfera: el 6,7%.

Resulta que la peridotia es la roca más común en la capa de la tierra que conocemos como manto: la que está justo por debajo de la estrecha corteza. Pero a menudo aflora en la superficie.

Círculo completo

Es el caso de Omán, donde la peridotita es abundante. Y... ¿dónde está eso? Pues precisamente en el Golfo Pérsico, la región del planeta donde se encuentran las mayores reservas de petróleo, que es origen a su vez de una de las principales fuentes de CO²: los combustibles fósiles.

El cálculo citado arriba se ha realizado, precisamente, con la idea de que el secuestro de CO² mediante la peridotita salga rentable. Extraerla y enviarla a las plantas de generación eléctrica de occidente, por ejemplo, sería ruinoso.

Pero la cosa cambia si lo que se hace es inyectar directamente el CO² (usando agua caliente a presión como vehículo) en los depósitos de peridotita. Y esta parte, en realidad, sólo sería una adaptación de lo que se viene proponiendo desde hace años con los campos petrolíferos.

Claro que en lugar de dejar el CO² sin más en los yacimientos de cruudo vacíos (de donde podría escapar algún día), se trataría de meter el dióxido de carbono en un almacén de peridotita, que se encargaría -él solo- de ir transformándolo en minerales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario