domingo, 5 de julio de 2009

Más diseño y menos daño al planeta




María Sol Porta. ESPECIAL PARA CLARÍN

"La ecología empieza por casa". Esa parecería ser la premisa de diseñadores y arquitectos que buscan imponer la conciencia ambiental en Argentina. Es que en los últimos tiempos surgieron una gran cantidad de soluciones creativas que apuntan a cuidar los recursos, ahorrar energía y limitar la contaminación.

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La tendencia es fuerte en todo el mundo y a nivel local recién se están dando los primeros pasos: "Aquí estamos en la etapa de difusión, creación de conciencia, información y regulación", asegura la arquitecta Mónica Cohen, organizadora y curadora de la muestra Cienporcientodiseño, que cuenta con el programa "Remade in Argentina" destinada al desarrollo de productos de alto valor estético y bajo impacto ambiental.

En su opinión, cualquier rubro puede beneficiarse con esta modalidad. Así y todo, Cohen intuye que los countries llevan algo de ventaja: "Siento que es más fácil proponer este concepto a una persona que opta por vivir en un ambiente rodeado de naturaleza", comenta.

Las opciones son muy variadas. Aquí, diferentes alternativas.



Construcción responsable

En tiempos de crisis energética y calentamiento global, una vivienda con buena aislación térmica contribuye al uso más eficiente de la energía. Así y todo, en Argentina no hay tanta conciencia. Según el Instituto Nacional de Tecnología Industrial, alrededor de un 10% de la energía total se pierde por construcciones con mala aislación. "Aislar correctamente techos, paredes y pisos representa una inversión del 1 al 2% del costo total de la obra y se amortiza en muy poco tiempo", calcula el arquitecto Pablo Azqueta.

Entre los materiales utilizados para esto, figuran el poliestireno expandido, un material aislante que se adapta a los distintos diseños de la casa. Otra opción es la lana de vidrio combinada con una membrana respirable de protección de techos, que fue presentada por las firmas Isover y Dupont.



Ecología de interior

Puertas adentro, también hay opciones ecológicas y novedosas. Una de las versiones para revestir pisos y paredes son las baldosas hechas con fibras de cuero de descarte industrial y mezcladas con resinas naturales, fabricadas por la empresa Tergus.

Mientras que para el equipamiento de la casa, la propuesta es el reciclado y la reutilización de materiales de descarte. Uno de los ejemplos es el de los asientos "Fetas", del Estudio Gruba, realizados con maderas reconstituidas (algunas de antiguas persianas). O las mesas "Mime" con módulos componibles del Estudio Kotta, realizadas en Corian (un aglomerado de mineral y acrílico).

Más opciones: cada otoño, el estudio Designo Patagonia, con sede en Bariloche, aprovecha la cosecha de hojas secas del árbol Lunaria annua para la producción de las lámparas Big Bang Baby. Las hojas actúan como pequeñas pantallas y la estructura está hecha con materiales de deshecho.

La propuesta del estudio Diseñaveral también se ubica en esta línea. Presenta líneas de accesorios para mesa y cocina realizados en cuero reconstituido (obtenido a partir de la viruta de cuero recuperada). O la firma Mínimahuella, que presenta una línea de objetos logrados a partir de materiales sobrantes de industrias textiles.

En el jardín

La conciencia ambiental también se pone a prueba en el verde. El uso de bambú se impuso como una alternativa sustentable y de diseño. Sus ventajas: además de ser un producto natural, tiene una alta tasa de renovación (crece 30 metros en 6 meses).

Además, a la hora de construir en exteriores sin usar madera de bosques no renovables, la alternativa es un material llamado EMP, producido con aserrín, fibras de descarte y plástico reciclado y aditivos que no afectan el medio ambiente. Luce como la madera y no necesita mantenimiento.

Destinar un espacio para una huerta es otra recomendación. "Se trata de un espacio decorativo, donde se genera una energía especial y se crea un ecosistema en el que viven en armonía una diversidad de cultivos e insectos", define la ingeniera agrónoma María Cristina Vázquez, de Días de Huerta.

Cualquiera sea la alternativa elegida, las ventajas son múltiples. "Creemos que es necesario un cambio en el paradigma de consumo al que estamos acostumbrados, y estos objetos intentan comunicar que este cambio es posible", sintetiza Angeles Estrada Vigil, una de las responsables de la firma Mínimahuella.

También hay que tener en cuenta que el respeto por el comercio justo y los estándares de gestión ambiental puede encarecer el valor de los productos. Sin embargo, la motivación de los clientes pasa por otro lado: "El nuestro es un público responsable, que entiende que es necesario tomar una actitud urgente frente al deterioro ambiental", finaliza Estrada.

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